Se verifican las trampa observando el estado de cada una (abierta, cerrada, dañada o volteada). Seguido se levanta la trampa del suelo y se verifica si la entrada a la trampa está abierta o cerrada; si está abierta, se comprueba si el atrayente está presente o ausente; si esta cerrada,  se levanta del suelo y se verifica la presencia de algún animal sacudiendo suavemente la trampa para sentir movimientos del mismo. Por último, entreabriendo con mucha precaución, suavemente una de las puertas verificamos el estado fisiológico (vivo o muerto), género y especie del individuo capturado.

Siguiendo las normas de bioseguridad de la CDC/NIH/OPS/OMS (1998),  el encargado de anestesiar los animales utiliza un pequeño recipiente plástico con tapa previamente perforado por diferentes lados, donde coloca una mota de algodón, se vierte suficiente anestesia (isoflurano) para adormecer un ratón.

La extracción de sangre del plexo retro-orbital (grupo de venas detrás del ojo) se realiza con tubos capilares, introduciendo la porción terminal del tubo capilar heparinizado en la parte posterior del ojo, desde el borde externo del párpado hacia atrás del globo ocular. La sangre se coloca en el papel filtro en forma de círculos pequeños.

Se describe en voz alta las características como sexo, estado reproductivo, herida visible, presencia de ectoparásitos. El proceso de medición se realiza con una regla calibrada en milímetros, midiendo longitud total, la cola, la pata derecha, la oreja, siempre y cuando no esté incompleta la oreja y pueda interferir con la medida exacta y el peso corporal.

El arete debe ser colocado siempre en la oreja derecha y tratando que el clip de inserción quede por debajo del cartílago central de la oreja y no en el borde. El cartílago sirve de apoyo al clip para aseguramos de que el ratón no pierda su código y por ende se pierdan datos en próximas capturas.

Se toman datos sobre la medidas de vegetación para estudios eco-epidemiológicos y modelos de crecimiento en la población de roedores.